domingo, 29 de agosto de 2010
VERGÜENZA NACIONAL
A nuestros hermanos Centroamericanos.
Leo en un periódico:
“…el gobierno mexicano reiteró la exigencia de una investigación imparcial y a fondo… y agregó que seguirá de cerca las investigaciones a nivel local y federal.
“También reitera que exigirá la cabal aplicación de la ley y de sanciones a quienes pudiesen resultar responsables y reclama que las autoridades estadounidenses tomen medidas… "
Sí. Esta demanda del Gobierno mexicano es por la muerte de un migrante mexicano en el mes de mayo de este año. Justa demanda.
Pero, ¿Con que cara el gobierno- y nosotros los mexicanos- podemos responder a los mismos cuestionamientos de los familiares de los 72 migrantes masacrados en Tamaulipas?
Responder a los Embajadores de 24 países de América Latina y el Caribe (GRULAC) quienes manifiestan su tristeza e indignación y piden que se investigue hasta las últimas consecuencias el asesinato en un rancho de San Fernando, Tamaulipas.
“Esto no puede pasar, no puede ocurrir más” dicen ellos… decimos nosotros.
No podemos criticar y exigir al país del norte sobre la seguridad y derechos humanos de nuestros migrantes, sin comprometernos a proteger, como lo exigimos, a los migrantes de los países de Centroamérica, principalmente.
Duele no tener respuestas concretas y contundentes.
Los embajadores de los países de Centro y Sudamérica aseguran que integrarán una comisión particular secundados por todos los embajadores, y coinciden en que la violencia está generalizada y lamentan mucho que se llegue a estos extremos. .
El gobierno de Ecuador presentó, ante la Fiscalía General, una denuncia para que se investigue la muerte de un ecuatoriano en el marco del asesinato múltiple.
El gobierno de Honduras solicitó el esclarecimiento del horroroso crimen donde fallecieron hermanos hondureños, y pide a las autoridades mexicanas que esclarezcan con la mayor celeridad posible las circunstancias en que perdieron la vida los 72 migrantes.
El Vicecanciller de este país señaló que si se continúa descuidando este tema la próxima vez no serán 72, serán 100, 200, 300,… serán miles de inmigrantes en los próximos años.
La cancillería guatemalteca condenó enérgicamente cualquier tipo de violencia que atente contra la vida e integridad física y moral del ser humano y, especialmente, del migrante.
La red de agrupaciones de inmigrantes en Estados Unidos dice que estos asesinatos muestran el grado de salvajismo que puede alcanzar el crimen organizado.
La Alianza Nacional de Comunidades de Latinoamérica y el Caribe (NALACC) manifestó que el asesinato de 58 hombres y 14 mujeres representa la mayor escalada de la ola de violencia que vive México hasta ahora.
Los representantes de los países de origen de los migrantes solicitaron a las autoridades mexicanas agilizar y profundizar el proceso de identificación de los cadáveres ya que es de la mayor importancia que se logre la repatriación de los cuerpos para disminuir la incertidumbre de las familias de las víctimas.
Pero no con ello la incertidumbre termina: ¿Qué hacer con los cuerpos que las autoridades no logren identificar? ¿Qué pasará entonces con su destino? ¿Será necesaria una fosa común? ¿Responderemos con esto a las exigencias de los familiares de aquellos que no tuvieron la dicha de llevar un documento que acredite su nacionalidad?
Y otra pregunta aún no totalmente resuelta: ¿Hay mexicanos dentro de los asesinados?
Todo esto es motivo de vergüenza nacional y demuestra la ineficacia, la impunidad y la complicidad que corroen la vida institucional del país. Nos hacen sentir la impotencia.
El gobierno mexicano, como lo exige a otros países, debe hacer "una investigación imparcial y a fondo" pero, sobe todo, debe localizar y castigar a los culpables realizando acciones que eviten que esto se repita; y hacer un trabajo diplomático al más alto nivel, para mantener informados a los demás gobiernos involucrados, evitando intervenciones.
Debe cuidarse la identificación y los gastos que implique llevar los cuerpos a sus países.
Los tratados internacionales estipulan que debemos a dar a los migrantes el mismo trato que se da a los nacionales. Por ello, gobierno y ciudadanos mexicanos tenemos la obligación de establecer condiciones de respeto y protección a los derechos humanos de los migrantes, aunque sean ilegales o indocumentados.
La obligación constitucional de garantizar seguridad a la ciudadanía no se ha cumplido a plenitud y este proceso de corrosión debe ser atendido ya, antes de que el hartazgo social busque desesperadamente otras salidas. Están amenazadas dos de las condiciones fundamentales de la vida de la Nación: el estado de derecho y la gobernabilidad.
Sí, es hora de convocar a la unidad, de llamar a la concordia por encima de nacionalidades, colores y partidos; de no bajar la guardia, de perseverar, no dar tregua.
Pero también es hora de cambiar, de emprender una cruzada firme por la dignificación en la impartición y administración de justicia; de hacer de la ley un arma al alcance de las víctimas del delito, no de los delincuentes; de reforzar y respetar la garantía constitucional de los derechos humanos.
Es hora inclusive, de repensar el modelo de país que anhelamos los mexicanos.
martes, 24 de agosto de 2010
PARLAMENTO LATINOAMERICANO EN VERACRUZ
Comentaba sobre Energía con amigos de los medios de información y, de manera espontánea, mencioné que “ese tema lo veremos en el PARLATINO”.
-¿En qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? – Algunos me preguntaban.
Respondí también con una pregunta:
- ¿No estás enterado que del 18 al 21 de Agosto de este año se tiene la Reunión sobre Energía y Minas del Parlamento Latinoamericano- o sea, el Parlatino- en el World Trade Center de Veracruz?
Y, por lo general, la respuesta fue un “NO”.
¿Qué es el Parlatino? ¿Por qué y para que nació? ¿Quiénes lo conforman?
El Parlamento Latinoamericano, o Parlatino, es un organismo regional y permanente, integrado por los Congresos y Asambleas Legislativas de los Estados Partes, democráticamente constituidos, en América Latina, que participan en el mismo haciéndose representar por delegaciones de carácter permanente y pluralista, cuyos países suscribieron el correspondiente Tratado de Institucionalización el 16 de noviembre de 1987, en Lima, Perú.
Tiene los siguientes principios: La defensa de la democracia; La integración latinoamericana; La no intervención; La autodeterminación de los pueblos; La pluralidad política e ideológica como base de una comunidad latinoamericana democráticamente organizada; La igualdad jurídica de los Estados; La condena a la amenaza y al uso de la fuerza contra la independencia política y la integridad territorial de cualquier Estado; La solución pacífica, justa y negociada de las controversias internacionales; y La prevalencia de los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación.
Me gustaría destacar, dentro de sus objetivos:
a) Fomentar el desarrollo económico y social integral de la comunidad latinoamericana y pugnar porque alcance la plena integración económica, política y cultural de sus pueblos;
b) Defender la plena vigencia de la libertad, la justicia social, la independencia económica y el ejercicio de la democracia representativa con estricto apego a los principios de no intervención y de libre autodeterminación de los pueblos;
c) Velar por el estricto respeto a los derechos humanos fundamentales;
d) Luchar por la supresión de toda forma de colonialismo, neocolonialismo, racismo y cualquier otra forma de discriminación en América Latina;
e) Luchar en favor de la cooperación internacional, para instrumentar y fomentar el desarrollo armónico de la comunidad latinoamericana, en términos de bienestar;
g) Contribuir a la afirmación de la paz, la seguridad y el orden jurídico internacionales y luchar por el desarme mundial, denunciando y combatiendo el armamentismo y la agresión de quienes sustenten la política de la fuerza;
h) Canalizar y apoyar las exigencias de los pueblos de América Latina, en el ámbito internacional, respecto al justo reconocimiento de sus derechos en la lucha por la instauración de un Nuevo Orden Económico Internacional;
i) Propugnar el fortalecimiento de los parlamentos de América Latina, para garantizar la vida constitucional y democrática, así como propiciar, sin perjuicio del principio de la no intervención, el restablecimiento los que hayan sido disueltos;
j) Apoyar la constitución y fortalecimiento de los Parlamentos subregionales de América Latina, que coincidan con el Parlamento en sus principios y propósitos;
k) Mantener relaciones con parlamentos de todas las regiones geográficas, así como con organismos internacionales; y
l) Difundir la actividad legislativa de sus miembros.
Los órganos del Parlatino son muy similares a otras instituciones de su tipo:
a) La Asamblea;
b) La Junta Directiva;
c) Las Comisiones Permanentes; y,
d) La Secretaría General.
Las comisiones que lo integran fueron reducidas a 13:
1. Agricultura, Ganadería y Pesca.
2. Asuntos Económicos, Deuda Social y desarrollo Regional.
3. Asuntos Políticos, Municipales y de la Integración.
4. Derechos Humanos, Justicia y Política.
5. Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Comunicación.
6. Energía y Minas, que sesionó en Veracruz.
7. Equidad de Género, Niñez y Juventud.
8. Laborales, Previsión Social y Asuntos Jurídicos.
9. Medio Ambiente y Turismo.
10. Pueblo Indígenas y Etnias.
11. Salud.
12. Seguridad Ciudadana, Combate y Prevención al Narcotráfico, Terrorismo y Crimen Organizado –que también sesionó en Veracruz- y,
13. Servicios públicos, Defensa del usuario y el Consumidor.
Como se observa, el modelo del Parlatino es el de un Congreso. Con limitaciones, sí, pero con objetivos muy claros y alcanzables que se pueden volver realidad para el Desarrollo económico, Social y, en lo general, Sustentable de toda América latina.
En una futura entrega veremos algunas conclusiones de las Conferencias Parlamentarias llevadas a cabo en el WTC de Veracruz, este Agosto de 2010.
domingo, 15 de agosto de 2010
TRATADOS DE CÓRDOBA
Creo que hemos confundido a la gente cuando hablamos del BICENTENARIO de la INDEPENDENCIA en 2010. Lo que en este año celebramos son los 200 años del inicio de la guerra de Independencia, no su consumación, más de una década después.
Aun así, la efeméride es propicia para recordar el difícil alumbramiento del país como nación soberana; para refrendar nuestra lealtad a los valores esenciales y elevados propósitos que animaron la gesta insurgente; y rendir homenaje a los héroes, hombres y mujeres, que ofrendaron sus vidas para hacer posible la Independencia Nacional.
Para entender mejor su valor histórico, la Independencia Nacional NO fue:
a) Una transición armónica y mutuamente convenida entre la potencia imperial y la colonia oprimida. La Independencia fue, por el contrario, un largo y enconado proceso de rompimiento con la península y la dolorosa gestación de decisiones, formación de fuerzas militares y acuerdos políticos internos, para sacudirnos el régimen colonial y constituir a México como entidad nacional soberana.
b) Tampoco una súbita inflexión histórica donde, en un momento, como Nueva España, éramos súbditos de la Corona Española; y, en otro, una nueva Nación autónoma, diferente de la vieja España, de ciudadanos mexicanos libres con territorio, instituciones y leyes propias. Por el contrario, fue una cruenta lucha que se prolongó por más de dos décadas, entre el inicio de la guerra insurgente, con Don Miguel Hidalgo a la cabeza y la consolidación del triunfo militar, que trascendió a la propia declaración de Independencia en 1821, y se consolidó hasta el retiro del último bastión español en suelo mexicano, al abandonar la fortaleza de San Juan de Ulúa, 15 años después, en noviembre de 1825.
C) No fue resultado de la ruptura entre dos fuerzas monolíticas, organizadas y estables, el Imperio Español, por un lado, y la Nueva España ávida de la emancipación colonial, por el otro, en la que cada una hubiera tenido claras sus prioridades, lealtades y líneas de mando.
En realidad fue una época de turbulencias y fracturas políticas en ambos lados del Atlántico:
En el caso de la península, derivaron en la pérdida de legitimidad de la monarquía española por la invasión francesa y la abdicación de Carlos IV en favor de Napoleón Bonaparte, que se extendió desde 1808, hasta la reinstauración del constitucionalismo en 1820, pasando por la “revolución hispánica” en contra de los invasores, que llevó a la promulgación de la Constitución de Cádiz en 1812, -derogada al regreso de Fernando VII en 1814- y a la propia desintegración del imperio.
En la Nueva España, esos acontecimientos debilitaron el poder virreinal y propiciaron el fin del pacto colonial. De 1808, con el golpe de Estado al Virrey en el ayuntamiento de la Ciudad de México, a 1821 con la declaración de Independencia, se acentuó el encono entre españoles europeos y criollos; hubo no una, sino varias insurgencias, muchas de ellas desvinculadas y hasta enfrentadas entre sí; se formaron y desaparecieron órganos independentistas de gobierno, como la Suprema Junta Nacional Americana de 1811, el Congreso de Chilpancingo de 1814 o la Junta Provincial Gubernativa de 1821; y se enarboló desde el republicanismo en el Decreto constitucional de 1814, hasta la monarquía en el Plan de Iguala de febrero de 1821.
La Independencia Nacional no fue la realización de un plan político preconcebido que, de principio a fin, se haya cumplido al pie de la letra. Por el contrario, fue el fruto de la construcción, la pugna y la conciliación de intereses y proyectos diversos, no pocas veces antagónicos, que si bien tuvieron en común el rechazo al mal gobierno, la idea de emancipación del dominio de la península y la abolición de la esclavitud, se debatieron entre el pensamiento conservador y las ideas liberales, entre monárquicos y republicanos, centralistas y federalistas.
Si bien la república y el régimen federal terminaron por imponerse, lo cierto es que, en palabras de Edmundo O’ Gorman, “el proceso forjador del ser nacional …implicó una lucha interna entre dos tendencias…de tal suerte que, en definitiva, el germen de México incluía, no uno, sino dos Méxicos distintos…(era) el inevitable y sordo conflicto, no de ambiciones e incapacidad –según han querido interpretarlo algunos- ni de malévolas influencias externas –como han pensado otros- sino el de dos posibles maneras de ser, trabadas en el mutuo intento de afirmarse la una en la exclusión de la otra”.
Para la Independencia Nacional, por esa razón, lo mismo fueron fundamentales el Bando de Don Miguel Hidalgo, con el que declaró abolida la esclavitud de diciembre de 1810 y el Acta de Independencia de 1813; que decisivos el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba de 1821. A la luz de la historia, todos ellos son, entre muchos otros, pronunciamientos que diferían en las fórmulas institucionales propuestas, pero no en el sentido emancipador que se propusieron alcanzar.
Así como el Plan de Iguala es el pacto político militar culminante que selló la alianza para alzar con el triunfo a las fuerzas independentistas; la firma de los así llamados “Tratados de Córdoba” significó, en los hechos, el fin del régimen colonial. Ciertamente las Cortes Españolas negaron todo valor a los compromisos adquiridos por el representante del Rey, pero en la realidad lo que se impuso fue lo pactado en Córdoba, el 24 de agosto de 1821.
Es ese valor y esa la trascendencia histórica del pacto mediante el que pronunció “la Nueva España su independencia de la antigua”, que la sociedad del municipio veracruzano de Córdoba reconoce y se afana en reivindicar para que la Nación lo consagre y conmemore como uno de sus momentos fundadores decisivos.
Para los cordobeses, el Bicentenario de la Independencia significa, sin duda, la celebración del constitucionalismo, de la abolición de la esclavitud, del triunfo de las ideas liberales y del nacimiento de México a la vida independiente; pero también implica evocar un origen, que es también un sentido de identidad:
Como veracruzanos sabemos que nuestro estado fue escenario y protagonista de páginas enteras en la gesta independentista; como cordobeses, la batalla del 21 de mayo de 1821 en la que la insurgencia derrotó a las fuerzas realistas, y que hizo de la ciudad el escenario natural para la firma de los Tratados de Córdoba, son hechos que, para nosotros, significan el preludio de la consumación de la Independencia.
La conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional y del Centenario de la Revolución Mexicana, debe servir a México, no para recrear pugnas históricas y abrir las viejas heridas, sino para reconciliar tanto nuestro pasado prehispánico con el pasado colonial, como las distintas visiones del México independiente, sin duda la mayoría legítimas, que existen hasta nuestros días.
Por todo lo anterior, es de proponerse que México reconozca y valore en los Tratados de Córdoba firmados el 24 de agosto de 1821 en la Villa del mismo nombre en el estado de Veracruz, un paso preliminar decisivo en el proceso de gestación de la Independencia Nacional y que, de esta manera se revalore también a los cordobeses que, durante la guerra de Independencia en 1821, hicieron resistencia a las fuerzas realistas del coronel Manuel Hevia, en defensa del Plan de Iguala y del Ejército Trigarante, lo que generó que, por decreto de 1880, se le concediera el título de Heroica la ciudad de Córdoba.
Exhortemos al Presidente de México a que, como parte de los actos de celebración del Bicentenario de la Independencia Nacional, decrete la inclusión en el calendario cívico nacional al día 24 de agosto de cada año, como la fecha en la que se habrá de recordar que fueron firmados los Tratados de Córdoba.
¡Córdoba y los cordobeses lo queremos… y lo merecemos!
¡Que todo México lo reconozca! Y que ¡Viva México!
Aun así, la efeméride es propicia para recordar el difícil alumbramiento del país como nación soberana; para refrendar nuestra lealtad a los valores esenciales y elevados propósitos que animaron la gesta insurgente; y rendir homenaje a los héroes, hombres y mujeres, que ofrendaron sus vidas para hacer posible la Independencia Nacional.
Para entender mejor su valor histórico, la Independencia Nacional NO fue:
a) Una transición armónica y mutuamente convenida entre la potencia imperial y la colonia oprimida. La Independencia fue, por el contrario, un largo y enconado proceso de rompimiento con la península y la dolorosa gestación de decisiones, formación de fuerzas militares y acuerdos políticos internos, para sacudirnos el régimen colonial y constituir a México como entidad nacional soberana.
b) Tampoco una súbita inflexión histórica donde, en un momento, como Nueva España, éramos súbditos de la Corona Española; y, en otro, una nueva Nación autónoma, diferente de la vieja España, de ciudadanos mexicanos libres con territorio, instituciones y leyes propias. Por el contrario, fue una cruenta lucha que se prolongó por más de dos décadas, entre el inicio de la guerra insurgente, con Don Miguel Hidalgo a la cabeza y la consolidación del triunfo militar, que trascendió a la propia declaración de Independencia en 1821, y se consolidó hasta el retiro del último bastión español en suelo mexicano, al abandonar la fortaleza de San Juan de Ulúa, 15 años después, en noviembre de 1825.
C) No fue resultado de la ruptura entre dos fuerzas monolíticas, organizadas y estables, el Imperio Español, por un lado, y la Nueva España ávida de la emancipación colonial, por el otro, en la que cada una hubiera tenido claras sus prioridades, lealtades y líneas de mando.
En realidad fue una época de turbulencias y fracturas políticas en ambos lados del Atlántico:
En el caso de la península, derivaron en la pérdida de legitimidad de la monarquía española por la invasión francesa y la abdicación de Carlos IV en favor de Napoleón Bonaparte, que se extendió desde 1808, hasta la reinstauración del constitucionalismo en 1820, pasando por la “revolución hispánica” en contra de los invasores, que llevó a la promulgación de la Constitución de Cádiz en 1812, -derogada al regreso de Fernando VII en 1814- y a la propia desintegración del imperio.
En la Nueva España, esos acontecimientos debilitaron el poder virreinal y propiciaron el fin del pacto colonial. De 1808, con el golpe de Estado al Virrey en el ayuntamiento de la Ciudad de México, a 1821 con la declaración de Independencia, se acentuó el encono entre españoles europeos y criollos; hubo no una, sino varias insurgencias, muchas de ellas desvinculadas y hasta enfrentadas entre sí; se formaron y desaparecieron órganos independentistas de gobierno, como la Suprema Junta Nacional Americana de 1811, el Congreso de Chilpancingo de 1814 o la Junta Provincial Gubernativa de 1821; y se enarboló desde el republicanismo en el Decreto constitucional de 1814, hasta la monarquía en el Plan de Iguala de febrero de 1821.
La Independencia Nacional no fue la realización de un plan político preconcebido que, de principio a fin, se haya cumplido al pie de la letra. Por el contrario, fue el fruto de la construcción, la pugna y la conciliación de intereses y proyectos diversos, no pocas veces antagónicos, que si bien tuvieron en común el rechazo al mal gobierno, la idea de emancipación del dominio de la península y la abolición de la esclavitud, se debatieron entre el pensamiento conservador y las ideas liberales, entre monárquicos y republicanos, centralistas y federalistas.
Si bien la república y el régimen federal terminaron por imponerse, lo cierto es que, en palabras de Edmundo O’ Gorman, “el proceso forjador del ser nacional …implicó una lucha interna entre dos tendencias…de tal suerte que, en definitiva, el germen de México incluía, no uno, sino dos Méxicos distintos…(era) el inevitable y sordo conflicto, no de ambiciones e incapacidad –según han querido interpretarlo algunos- ni de malévolas influencias externas –como han pensado otros- sino el de dos posibles maneras de ser, trabadas en el mutuo intento de afirmarse la una en la exclusión de la otra”.
Para la Independencia Nacional, por esa razón, lo mismo fueron fundamentales el Bando de Don Miguel Hidalgo, con el que declaró abolida la esclavitud de diciembre de 1810 y el Acta de Independencia de 1813; que decisivos el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba de 1821. A la luz de la historia, todos ellos son, entre muchos otros, pronunciamientos que diferían en las fórmulas institucionales propuestas, pero no en el sentido emancipador que se propusieron alcanzar.
Así como el Plan de Iguala es el pacto político militar culminante que selló la alianza para alzar con el triunfo a las fuerzas independentistas; la firma de los así llamados “Tratados de Córdoba” significó, en los hechos, el fin del régimen colonial. Ciertamente las Cortes Españolas negaron todo valor a los compromisos adquiridos por el representante del Rey, pero en la realidad lo que se impuso fue lo pactado en Córdoba, el 24 de agosto de 1821.
Es ese valor y esa la trascendencia histórica del pacto mediante el que pronunció “la Nueva España su independencia de la antigua”, que la sociedad del municipio veracruzano de Córdoba reconoce y se afana en reivindicar para que la Nación lo consagre y conmemore como uno de sus momentos fundadores decisivos.
Para los cordobeses, el Bicentenario de la Independencia significa, sin duda, la celebración del constitucionalismo, de la abolición de la esclavitud, del triunfo de las ideas liberales y del nacimiento de México a la vida independiente; pero también implica evocar un origen, que es también un sentido de identidad:
Como veracruzanos sabemos que nuestro estado fue escenario y protagonista de páginas enteras en la gesta independentista; como cordobeses, la batalla del 21 de mayo de 1821 en la que la insurgencia derrotó a las fuerzas realistas, y que hizo de la ciudad el escenario natural para la firma de los Tratados de Córdoba, son hechos que, para nosotros, significan el preludio de la consumación de la Independencia.
La conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional y del Centenario de la Revolución Mexicana, debe servir a México, no para recrear pugnas históricas y abrir las viejas heridas, sino para reconciliar tanto nuestro pasado prehispánico con el pasado colonial, como las distintas visiones del México independiente, sin duda la mayoría legítimas, que existen hasta nuestros días.
Por todo lo anterior, es de proponerse que México reconozca y valore en los Tratados de Córdoba firmados el 24 de agosto de 1821 en la Villa del mismo nombre en el estado de Veracruz, un paso preliminar decisivo en el proceso de gestación de la Independencia Nacional y que, de esta manera se revalore también a los cordobeses que, durante la guerra de Independencia en 1821, hicieron resistencia a las fuerzas realistas del coronel Manuel Hevia, en defensa del Plan de Iguala y del Ejército Trigarante, lo que generó que, por decreto de 1880, se le concediera el título de Heroica la ciudad de Córdoba.
Exhortemos al Presidente de México a que, como parte de los actos de celebración del Bicentenario de la Independencia Nacional, decrete la inclusión en el calendario cívico nacional al día 24 de agosto de cada año, como la fecha en la que se habrá de recordar que fueron firmados los Tratados de Córdoba.
¡Córdoba y los cordobeses lo queremos… y lo merecemos!
¡Que todo México lo reconozca! Y que ¡Viva México!
BREVÍSIMA PRESENTACIÓN DE VERACRUZ
En mi vida he tenido varios cientos de veces la oportunidad –y también la he buscado- de presentar a mi querido Estado de Veracruz en foros muy variados, tanto en México como el extranjero.
Generalmente utilizo las famosas filminas.
Antes las filminas eran acetatos, hojas trasparentes que contenían grabadas, por copiadora, imágenes que se reflejaban en una pantalla a través de un retroproyector. Hoy, con la tecnología, utilizamos proyectores que envían la señal desde un programa de la computadora. Son filminas electrónicas.
Aun así, he tenido que sufrir la “falta de palabra” de la Tecnología: Cuando menos lo esperas… ¡algo no funciona! Y tienes que pedir de urgencia otro equipo, llevar copia de tu presentación y hasta “aventarte” a capela.
La clave de toda presentación es que el público se lleve registrado lo más relevante de Veracruz. Que al salir, recuerde a nuestro Estado para siempre.
Por ello, una buenas gráficas de la diversidad y riqueza del Estado, de la gastronomía, de las selvas y sierras, de los sitios de recreo –como el ACUARIO, el TAJÍN, CATEMACO, el PICO DE ORIZABA, el MUSEO DE ANTROPOLOGÍA, el COFRE DE PEROTE, las IGLESIAS Y CATEDRALES DEL ESTADO, el MUSEO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA, los descensos de ríos y el Turismo alternativo, y cientos de etcéteras más… Así como las bellezas naturales, o sea, las mujeres veracruzanas, siempre ayudan a respaldar que “una imagen dice más que mil palabras”.
Pero, ¿Qué dirías en sólo 5 minutos de Veracruz si tuvieras que presentarlo ante un público selecto?
Eso me sucedió en una misión internacional en la que yo iba preparado con una presentación llena de gráficas, fotos, imágenes,… para unos 30 minutos cuando… el anfitrión me cambió la jugada.
Me dijo: Juan Fernando, lamentablemente no tenemos tanto tiempo. Vas a hablar de Veracruz durante un máximo de 5 minutos… ¡Sin computadora ni proyector!
¡Sentí que la sangre se me iba a la cabeza! Los planes me los cambiaban de manera radical.
Hablar de Veracruz es fácil. Pero sin fotos, ni imágenes, ni atractivos visuales… el reto es grande para poder envolver a los oyentes.
De todas formas, y de inmediato, le dije: Está bien. ¡Adelante! – con una seguridad que no sé de donde salió.
Y mientras él daba la bienvenida, yo aceleraba mi mente para seleccionar los tópicos que dejarían una “huella” permanente de Veracruz en las mentes de esos empresarios.
Al tomar la palabra, en primer lugar, agradecí la oportunidad de poder hacer una síntesis, de la síntesis, de una síntesis, de lo que es Veracruz.
Les dije: Tal vez ustedes no hayan ido a Veracruz. Es más, es posible que algunos ni siquiera hayan oído hablar de él.
Pero estoy seguro que si han oído hablar de “LA BAMBA”, ¿Verdad? Pues es el Himno Veracruzano. Lo baila nuestra gente en las fiestas más típicas del estado.
Esto lo hice utilizando como "gancho" la película "LA BAMBA", que se difundió en la década de los 80´s sobre la vida de RICHIE VALENS.
Continué:
Y les cuento otra historia: Hace más de 100 años en Veracruz se sembraba un exquisito chile que se prepara en vinagre, con cebolla, sal y especias. Ese chile se producía en Jalapa, la capital de Veracruz, y de ahí su nombre: Chile Jalapeño.
¡La gente soltó una carcajada! Y continué con entusiasmo:
Sé que aquí lo consumen con sus alimentos, pero además en muchas casas lo preparan también.
Pues quiero que cada vez que prueben un picosito chile Jalapeño… ¡Se acuerden de Veracruz!
Veracruz, un Estado lleno de SIETES.
Todos pusieron cara de “juat?”, pero continué…
Para recordar los datos de Veracruz, les pido que recuerden el número siete:
70 mil kilómetros cuadrados de superficie; 700 kilómetros de Costa; 7 millones de habitantes; 7 regiones; 7 estados vecinos; 5,700 metros de altura del Pico de Orizaba (el punto más alto de México); y 7 son nuestros principales productos de exportación: Café, Azúcar, Petroquímicos, Fertilizantes, Productos de Acero, Tabaco y Frutas.
¡Vengan a visitar Veracruz! Muchas gracias por su atención.
Y así, en sólo unos minutos, creo que pude reflejar algo de lo mucho que tiene Veracruz, y sé que no lo van a olvidar.
Al concluir, el anfitrión se me acercó con una cara seria y me dijo:
Juan Fernando: Te pedí que hablaras 5 minutos… ¡Y hablaste 7!
¡Los dos reímos!
Este fin de semana, el 13 al 15 de Agosto, en el WORLD TRADE CENTER tendremos la 16ª EXPO CONSUME LO QUE VERACRUZ PRODUCE. Y como el número 1 más el 6 nos da 7, estoy seguro que será, como siempre, un éxito.
Pero además, veremos muchos productos que los Veracruzanos promovemos con orgullo.
Me pongo a pensar: ¿Irán a ser unos 700 productos?
Bueno, Pues ¡Nos vemos para contarlos!
Generalmente utilizo las famosas filminas.
Antes las filminas eran acetatos, hojas trasparentes que contenían grabadas, por copiadora, imágenes que se reflejaban en una pantalla a través de un retroproyector. Hoy, con la tecnología, utilizamos proyectores que envían la señal desde un programa de la computadora. Son filminas electrónicas.
Aun así, he tenido que sufrir la “falta de palabra” de la Tecnología: Cuando menos lo esperas… ¡algo no funciona! Y tienes que pedir de urgencia otro equipo, llevar copia de tu presentación y hasta “aventarte” a capela.
La clave de toda presentación es que el público se lleve registrado lo más relevante de Veracruz. Que al salir, recuerde a nuestro Estado para siempre.
Por ello, una buenas gráficas de la diversidad y riqueza del Estado, de la gastronomía, de las selvas y sierras, de los sitios de recreo –como el ACUARIO, el TAJÍN, CATEMACO, el PICO DE ORIZABA, el MUSEO DE ANTROPOLOGÍA, el COFRE DE PEROTE, las IGLESIAS Y CATEDRALES DEL ESTADO, el MUSEO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA, los descensos de ríos y el Turismo alternativo, y cientos de etcéteras más… Así como las bellezas naturales, o sea, las mujeres veracruzanas, siempre ayudan a respaldar que “una imagen dice más que mil palabras”.
Pero, ¿Qué dirías en sólo 5 minutos de Veracruz si tuvieras que presentarlo ante un público selecto?
Eso me sucedió en una misión internacional en la que yo iba preparado con una presentación llena de gráficas, fotos, imágenes,… para unos 30 minutos cuando… el anfitrión me cambió la jugada.
Me dijo: Juan Fernando, lamentablemente no tenemos tanto tiempo. Vas a hablar de Veracruz durante un máximo de 5 minutos… ¡Sin computadora ni proyector!
¡Sentí que la sangre se me iba a la cabeza! Los planes me los cambiaban de manera radical.
Hablar de Veracruz es fácil. Pero sin fotos, ni imágenes, ni atractivos visuales… el reto es grande para poder envolver a los oyentes.
De todas formas, y de inmediato, le dije: Está bien. ¡Adelante! – con una seguridad que no sé de donde salió.
Y mientras él daba la bienvenida, yo aceleraba mi mente para seleccionar los tópicos que dejarían una “huella” permanente de Veracruz en las mentes de esos empresarios.
Al tomar la palabra, en primer lugar, agradecí la oportunidad de poder hacer una síntesis, de la síntesis, de una síntesis, de lo que es Veracruz.
Les dije: Tal vez ustedes no hayan ido a Veracruz. Es más, es posible que algunos ni siquiera hayan oído hablar de él.
Pero estoy seguro que si han oído hablar de “LA BAMBA”, ¿Verdad? Pues es el Himno Veracruzano. Lo baila nuestra gente en las fiestas más típicas del estado.
Esto lo hice utilizando como "gancho" la película "LA BAMBA", que se difundió en la década de los 80´s sobre la vida de RICHIE VALENS.
Continué:
Y les cuento otra historia: Hace más de 100 años en Veracruz se sembraba un exquisito chile que se prepara en vinagre, con cebolla, sal y especias. Ese chile se producía en Jalapa, la capital de Veracruz, y de ahí su nombre: Chile Jalapeño.
¡La gente soltó una carcajada! Y continué con entusiasmo:
Sé que aquí lo consumen con sus alimentos, pero además en muchas casas lo preparan también.
Pues quiero que cada vez que prueben un picosito chile Jalapeño… ¡Se acuerden de Veracruz!
Veracruz, un Estado lleno de SIETES.
Todos pusieron cara de “juat?”, pero continué…
Para recordar los datos de Veracruz, les pido que recuerden el número siete:
70 mil kilómetros cuadrados de superficie; 700 kilómetros de Costa; 7 millones de habitantes; 7 regiones; 7 estados vecinos; 5,700 metros de altura del Pico de Orizaba (el punto más alto de México); y 7 son nuestros principales productos de exportación: Café, Azúcar, Petroquímicos, Fertilizantes, Productos de Acero, Tabaco y Frutas.
¡Vengan a visitar Veracruz! Muchas gracias por su atención.
Y así, en sólo unos minutos, creo que pude reflejar algo de lo mucho que tiene Veracruz, y sé que no lo van a olvidar.
Al concluir, el anfitrión se me acercó con una cara seria y me dijo:
Juan Fernando: Te pedí que hablaras 5 minutos… ¡Y hablaste 7!
¡Los dos reímos!
Este fin de semana, el 13 al 15 de Agosto, en el WORLD TRADE CENTER tendremos la 16ª EXPO CONSUME LO QUE VERACRUZ PRODUCE. Y como el número 1 más el 6 nos da 7, estoy seguro que será, como siempre, un éxito.
Pero además, veremos muchos productos que los Veracruzanos promovemos con orgullo.
Me pongo a pensar: ¿Irán a ser unos 700 productos?
Bueno, Pues ¡Nos vemos para contarlos!
domingo, 1 de agosto de 2010
HONDURAS Y VERACRUZ EN LAS AMÉRICAS
Es mi primer viaje a Centroamérica.
Por supuesto, también a Honduras, particularmente viajando a la Capital: Tegucigalpa.
El Presidente de la Cámara de las Américas (COTA), Gil Cisneros, me pidió dar algunas charlas sobre las oportunidades de México, Veracruz y América Latina, en reuniones con las autoridades del País, Cámaras empresariales y Asociaciones, así como empresarios locales.
Mi pregunta era, desde el principio Pero ¿A qué vamos a Honduras?
En Junio de 2009 hubo una crisis política de gran magnitud en la que Manuel Zelaya tuvo que dejar la Presidencia y, después de algunos meses, en Enero de 2010, el día 27 para ser exactos, comienza una nueva época para el país y sus habitantes. Hoy Jose Porfirio Lobo, empresario y Político, encabeza los esfuerzos de Honduras.
El avión llega a Tegucigalpa y se cuela entre las montañas para aterrizar en una pista que está casi en el centro de la ciudad.
La vista, a la llegada aérea, es como muchas ciudades de Latinoamérica, donde se observan en los alrededores las casas humildes, pero también su exuberante vegetación y clima tropical.
Y descubro que Honduras se parece mucho a Veracruz en muchas cosas.
Honduras tiene 112,000 Km. cuadrados de superficie, Veracruz tiene 72,000 Kms. Cuadrados, lo que hace al país centroamericano más parecido a una entidad Federativa de México, que a una nación, por su extensión territorial.
Honduras tiene 298 municipios y casi 700 Km. de costa, principalmente al Atlántico, aunque da una pequeña parte al Pacífico. Veracruz tiene 212 municipios y un poco más de 700 Km. de costa en el Golfo de México, del Océano Atlántico.
La Capital, Tegucigalpa está muy cerca de los 1,000 mts. de altura sobre el nivel del mar. Xalapa, la capital de Veracruz está sobre los 1,400 mts.
Su población es de alrededor de 7.5 millones de Habitantes y la de Veracruz es de 7.2 millones, con una edad promedio de estudios de 6 años en Honduras mientras que, en Veracruz, es de 7 años.
La Esperanza de vida al nacer es alrededor 70 años, en Honduras y en Veracruz.
El país hermano tiene microclimas regionales ya que, además de costa, cuenta con montañas, igual que Veracruz.
Sus principales productos agropecuarios son: La Caña de azúcar, el Café, los cítricos, el plátano, el arroz, la carne de res, el camarón,… que, en mucho, se asemeja a Veracruz.
Los productos de exportación son; Maquinaria y Equipo, Productos Químicos y Petroquímicos, así como Comida, Bebida y Tabaco, al igual que Veracruz.
Bueno, hasta tenemos que señalar la coincidencia: En Centroamérica hay 7 países, y ¡Veracruz, está lleno de “7´s”! (Ver artículo “Veracruz de los sietes”).
No puede pasar desapercibida la gran aceptación que tiene el Chile Jalapeño, el cual muchas familias producen de manera casera, como en el Restaurante “el Corral”, precisamente frente al Hotel en el que nos hospedamos.
Y quiero destacar algunas cosas que me parecen interesantes:
1. La mayoría de los empresarios y la gente preparada del servicio turístico, dominan el idioma Inglés como su propia lengua. Esto les facilita la comunicación con Estados Unidos de Norteamérica, que representa más de un 65% de sus exportaciones.
2. Los ciudadanos y las autoridades tienen un gran orgullo por su país, y se entregan por completo a demostrar que la crisis del 2009 ya es parte del pasado, y que miran a un futuro prometedor, para el que trabajan.
3. Los hondureños tienen una visión compartida de sus retos y sus acciones primordiales, para los cuales está plenamente comprometida la sociedad productiva.
4. La calidez de la gente de Honduras es muy similar a la del Pueblo Veracruzano.
En fin, la misión se cumplió.
Ambos países, Honduras y México, así como nuestro estado de Veracruz, tuvimos un acercamiento gracias a la Cámara de las Américas, empresas y empresarios de Estados Unidos de Norteamérica, Honduras y México.
Ahora ya sé porque fuimos a Honduras: Hay una gran área de oportunidades de Comercio, pero mucho por aprender de nuestros hermanos latinoamericanos, con los que podemos hacer alianzas más fácilmente, por el idioma y la cultura.
El siguiente paso está por comenzar.
( www.chamberoftheamericasblog.blogspot.com )
Ojala nos sirva a los veracruzanos – y a los mexicanos, en general, para voltear hacia el Sur, especialmente, a Centroamérica y, de ahí, a Honduras.
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